sábado, julio 22, 2006

Primer paso

Parece tan difícil amar a todos y cada uno de los seres humanos que habitan este planeta...

Se hace tan fácil amar a quien es afín... a quien comparte tus objetivos y tu estilo de vida... y tan difícil a aquel que va contrario a los principios de uno, a aquel que se aprovecha del resto para llegar “más lejos” aunque debería decirse más cerca, más cerca del suelo, más encadenado a este mundo, como un parásito absorbiendo todas las “riquezas”, creyendo lograr felicidad, acumulando metales inservibles... o a aquel que odia, que vive criticando... o a aquel que miente para sacar ventajas... o a aquel que...

Cada sentimiento nace de manera inesperada, a veces pequeño e imperceptible, y luego va creciendo si se lo alimenta... de a poquito... hasta transformarse en algo inmenso. Esto sucede tanto con el amor como con el odio, tanto en los sentimientos buenos como en los malos... El secreto para amar a esas personas que no son afines a uno es tener este conocimiento... y aplicarlo...

Cuando se percibe “mala onda” con alguien, lo que uno debe hacer es trucar este sentimiento, convertirlo en “buena onda”, conseguir la mejor sonrisa... y mostrarle a la otra persona que no hay lugar en tu corazón para esos sentimientos negativos... y así comenzar a hacer crecer un sentimiento de amor... que nació de la nada... porque uno lo quiso... y alimentarlo... y tolerar en un principio la resistencia de la otra persona a aceptarlo, suele ocurrir que tengan desconfianza, que es el miedo que genera el conocimiento de sus almas turbias, creen que uno es capaz de lo mismo que ellos...

Una vez que la persona logra superar este miedo, y ve las buenas intenciones y un sentimiento sincero, no puede resistirse al amor... (nadie, podrá resistirlo finalmente, por más duro que sea) hay que aguantar este tiempito de adaptación, esa es la peor parte. Al principio puede costar, y parecer bastante difícil, luego uno se va acostumbrando hasta que termina haciéndose constantemente, y es más... se contagia a hacerlo.

Por el contrario, si al percibir esta mala onda, se decide alimentarla... crece como bola de nieve rodando por la montaña, y llegado un momento termina aplastando. Es esencial conocerse a uno mismo, para detectar el “ataque” de onda negativa, y saberlo detener, no dejarlo avanzar, que no perturbe tu ser...

Cada uno decide, en todo momento... cada instante es de elección.



Caro